A algunas personas le puede molestar tanto la obesidad que imaginan un mal olor relacionado, según un nuevo estudio.
“El mundo no es un espacio amigable para las personas obesas”
Los participantes del estudio, a quienes se le mostraron fotografías de personas obesas y delgadas mientras olían sustancias inodoras, calificaron peor las "muestras de aromas" cuando coincidían con las imágenes de personas obesas.
"Nuestros resultados sugieren que los individuos podrían tener prejuicios tan fuertes hacia las personas obesas que interferirían en la percepción olfativa, aunque no sean conscientes de esa mirada negativa", dijo por e-mail el autor principal, Andrew Ward, investigador especializado en psicología de Swarthmore College, Pensilvania.
"Este es el primer estudio que demuestra que ese sesgo negativo es suficiente para alterar el olfato", agregó.
En International Journal of Obesity, su equipo publica los resultados obtenidos de un grupo de estudiantes universitarios en dos estudios.
En el primero, 67 participantes miraron 12 imágenes: cuatro de personas obesas, cuatro de personas delgadas y cuatro de objetos inanimados ("distractoras"). Mientras observaban cada imagen, un investigador les colocaba la muestra inodora debajo de la nariz.
Los participantes calificaron peor los "aromas" emparejados con las fotografías de personas obesas que las muestras con las imágenes de personas delgadas.
Pero el equipo repitió el estudio con imágenes adicionales porque los resultados no parecían completamente claros. Esta vez, participaron 175 estudiantes.
Nuevamente, las muestras inodoras emparejadas con las imágenes de las personas obesas olían peor para los participantes que cuando veían las imágenes de las personas delgadas. Y ese efecto fue aún mayor entre los participantes obesos.
El alcance de este sesgo negativo hacia las personas obesas sería mayor que lo pensado.
"Dado cuán dañino podría ser, es importante que la gente tome conciencia de eso, en especial porque no podrían reconocerlo explícitamente por sí mismos", dijo Ward.
Angela Meadows, investigadora especializada en psicología de la Universidad de Birmingham, Reino Unido, y que no participó del estudio, aseguró que ese sesgo es bastante conocido.
"(Las personas obesas) sienten el estigma y la discriminación en casi todos los aspectos de la vida diaria, incluida la atención de la salud, la educación, los procedimientos legales, las relaciones personales, y hasta les cuesta ir de compras por las experiencias negativas posibles y reales", indicó Meadows vía e-mail.
"El mundo no es un espacio amigable para las personas obesas", afirmó.
Meadows opinó que el estudio se suma a la evidencia disponible de cómo las personas obesas rechazan sus propios cuerpos.
“El mundo no es un espacio amigable para las personas obesas”
Los participantes del estudio, a quienes se le mostraron fotografías de personas obesas y delgadas mientras olían sustancias inodoras, calificaron peor las "muestras de aromas" cuando coincidían con las imágenes de personas obesas.
"Nuestros resultados sugieren que los individuos podrían tener prejuicios tan fuertes hacia las personas obesas que interferirían en la percepción olfativa, aunque no sean conscientes de esa mirada negativa", dijo por e-mail el autor principal, Andrew Ward, investigador especializado en psicología de Swarthmore College, Pensilvania.
"Este es el primer estudio que demuestra que ese sesgo negativo es suficiente para alterar el olfato", agregó.
En International Journal of Obesity, su equipo publica los resultados obtenidos de un grupo de estudiantes universitarios en dos estudios.
En el primero, 67 participantes miraron 12 imágenes: cuatro de personas obesas, cuatro de personas delgadas y cuatro de objetos inanimados ("distractoras"). Mientras observaban cada imagen, un investigador les colocaba la muestra inodora debajo de la nariz.
Los participantes calificaron peor los "aromas" emparejados con las fotografías de personas obesas que las muestras con las imágenes de personas delgadas.
Pero el equipo repitió el estudio con imágenes adicionales porque los resultados no parecían completamente claros. Esta vez, participaron 175 estudiantes.
Nuevamente, las muestras inodoras emparejadas con las imágenes de las personas obesas olían peor para los participantes que cuando veían las imágenes de las personas delgadas. Y ese efecto fue aún mayor entre los participantes obesos.
El alcance de este sesgo negativo hacia las personas obesas sería mayor que lo pensado.
"Dado cuán dañino podría ser, es importante que la gente tome conciencia de eso, en especial porque no podrían reconocerlo explícitamente por sí mismos", dijo Ward.
Angela Meadows, investigadora especializada en psicología de la Universidad de Birmingham, Reino Unido, y que no participó del estudio, aseguró que ese sesgo es bastante conocido.
"(Las personas obesas) sienten el estigma y la discriminación en casi todos los aspectos de la vida diaria, incluida la atención de la salud, la educación, los procedimientos legales, las relaciones personales, y hasta les cuesta ir de compras por las experiencias negativas posibles y reales", indicó Meadows vía e-mail.
"El mundo no es un espacio amigable para las personas obesas", afirmó.
Meadows opinó que el estudio se suma a la evidencia disponible de cómo las personas obesas rechazan sus propios cuerpos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario